La república socialista de Corea del Norte es una de las naciones más herméticas del planeta. Su población, dominada por el culto a su líder Kim Jong Il, adolece de severas restricciones y una muestra de ello es la imposibilidad de acceder a la red de redes.
Llama la atención que en una época de apertura total de la red, una sola persona se adjudique la potestad de determinar a qué tipo de informaciones pueden acceder los millones de norcoreanos que han sido absorbidos por la visión socialista del gobierno de Pyongyang. Y más aún, la manera casi robótica en que se refieren a Kim Jong Il (“El Gran Líder”), un líder que les ha limitado no solamente las libertades de pensamiento y expresión, sino también la de información.
Otro caso que sorprende es el hecho que los universitarios norcoreanos no hayan escuchado hablar de Nelson Mandela, el activista sudafricano contra el apartheid que se convirtió en el primer presidente de su país elegido democráticaente. ¡Podrán ver el Mundial?. Además están tan cerrados al mundo que algunos de ellos tampoco saben qué es Google. ¿Podrías vivir bajo este sistema de gobierno?
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